Sotte

[MAS PUEDE UN BESO… QUE UN TIRO ]

…Y a pesar de todo y todos lo importante siguen siendo los seres humanos.

Cada uno de nosotros, es una derrota y un triunfo, pero todos imprescindibles, más allá de eso… las cosas,
las interpretaciones y las conveniencias.

Trabajar sobre un espacio tan simbólico como es el refugio, permite hacer y plantear dentro del juego estético
una inmersión en la parte más interna de las cosas, una inmersión de lo que no esta a la vista, una interiorización para conocer el miedo, el abismo y la fragilidad de lo humano, sus valores y creencias, ver lo otro en uno mismo. Miedo al dolor, a lo efímero de la vida, a los rostros múltiples que todos poseemos para cada instante de la vida y que cambiamos hacia el exterior, siendo el verdadero el que no mostramos ese gran desconocido, que de no usarlo se vuelve impávido, blanco e inexpresivo escondido en ese otro refugio, ese que todos los seres humanos portamos y que nos hace vivir y percibir como champiñones que se desarrollan en una oscuridad y fría humedad blanquecina color hueso.

Enfrentarse a ese refugio interno es dar con los lugares íntimos que están por recorrer, y es, en esos lugares,
donde uno descubre lo importante, lo que merece la pena, donde las vidas perdidas se convierten en objetos
etéreos como plumas, en blancos rostros inexpresivos por no encontrar respuestas, ni ningún porqué ni para
qué. Ningún porqué ni para qué de 322 personas que somos cada uno de nosotros.

Toledo, Noviembre 2013
Sotte

















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